lunes, 7 de septiembre de 2009

Descolgado


Nos perdimos tanto que ya no le tenemos miedo al Minotauro, algunos fueron más inteligentes y se quedaron perplejos dentro del gigantesco laberinto y caminan de un lado a otro sin saber dónde ir haciendo cómo que se divierten. Otros fueron un poco más tontos y avispados y se volvieron locos. Tratando de encontrar la salida vieron tantas incongruencias que ahora su pesar es permanecer ahí y rezan por encontrar a la terrible bestia. Pienso que nada de esto hubiera pasado si no hubiésemos dado tantas vueltas hasta marearnos. Podría echarle la culpa a Ariadna por no haberme dado un hilo más largo pero qué más da. Ella se cansará de esperarme, yo me cansaré de esperar (por lo menos ella está afuera) Ni siquiera sé porqué tengo esta espada en la mano, mejor la tiro y me pongo a descansar. Ni la salida ni ella valen la pena para vagar tanto tiempo por acá.

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