martes, 11 de octubre de 2011

La noche tiene sus cosas raras

La noche tiene sus cosas raras, mi perra sus patas traseras arrastrando que por alguna extraña enfermedad no responden a su cerebro, ¿pero su cerebro a quién responde? ¿Y el mío? Habrá algún muñequito manejando estas palancas de tetris para colocar las piezas de emociones sin dejar huecos vacíos… andá a saber, el tiempo pasa y las va bajando, cuando se llega al fondo y sin fisuras o cuando las llenamos de suficiente dolor se hacen puntos y ganamos algo, y perdimos algo también.
La noche, como mi perra sus patas, cerebro y el mío tiene algo raro. EL sol va dejando pasar a la oscuridad que tarda en irse, que retiene en sus sábanas los cuerpos y hace nacer un hilo de instantes eternos que al menor contacto con la realidad se desvanecen.
Lo sublime depende de una línea delgada que el tiempo perfecto traslada y el tiempo real rompe. El secreto de la brujería reside en un hermetismo que la realidad permea y destroza. Ensucia y contamina ese pedazo de instantes virgen, esa sucesoria de puntos donde Hemingway decía que la muerte no importaba si se hacía con pasión.
La noche tapa con su manto el mundo dejando afuera lo real y bajo sus sábanas la imaginación se mueve al ritmo de los cuerpos desnudos, su velo tarda en irse y la pasión sujeta hasta con la punta a la sábana que los va dejando afuera.
La sábana de la verdad es demasiado corta y sucumbe al tratar de abarcar la más grande realidad.
Y vos y yo, ¿de qué lado quedamos? Quitemos del todo la sábana ya corrida y démonos a parar. Dejame contar con las manos tapando mis ojos mientras vos desapareces y yo me escondo.

sábado, 1 de octubre de 2011

¿Hasta dónde?

Y el orgullo…
Se siente raro que los hechos perpetrados por ajenos resulten en orgullo propio y hasta en ocasiones se “sienta parte” de los méritos, en este caso el padre orgulloso de su hijo, tema de discursos, palabrerías y hasta fanfarronadas en los asados donde los carnívoros muestran sus dientes con el discurso de las proezas de su hijo. Quizás en algunas ocasiones hasta agigantándolas un poco, después de todo a nadie le gusta perder y esto del orgullo de los padres en la charla entre familias tiene tonalidad de hasta competencia. Los niños, impávidos miran y hasta se sienten parte del juego (y como dije antes, ningún jugador quiere perder) y compiten en el juego de “quién más exitoso” teniendo como jueces de la competencia a sus cuidadores que dictan su sentencia adentro de su conciencia en frases como: “si hago esto mi papá me mata” que reemplaza a un más pertinente “yo no quiero hacerlo”.
El orgullo de padre se va sedimentando en el hijo como un camino ideal a seguir. Como un modelo de vida con el que cumplir todo lo realizado por aquéllos en los primeros años, cuando por sí sólo difícilmente subsistiría sin su ayuda. El pago al sacrificio de la madre, al acompañamiento del padre, el cuidado de los primeros años, el cariño recibido, la enseñanza. Todo, todo se traduce en un pago que va llenando la bolsa de la expectativa y el chico va haciendo crecer el zapato de su vida para llenar esa talla. Lo sublime de acompañar el crecimiento de un nuevo ser se transforma en una especie de pago simbólico. Hasta ahí a calado este capitalismo que convierte en medio de pago hasta a nuestros actos, hasta los que deberían ser más desinteresados, convirtiendo la mística de la vida en una deuda que se traduce en un camino a seguir como el medio de pago e impide la individualidad, en el buen sentido, reemplazándola con aquélla que genera una competencia entre los sujetos. Primero, fomentada por los progenitores en rol de acreedores que presionan a su deudor cada vez que creen que su deuda se ve amenazada por la exploración de caminos que resultan peligrosos para el cumplimiento de sus expectativas, de lo que esperaban, del agradecimiento (pago) que esperaban recibir por lo realizado (deuda). Los términos económicos no se dicen por cortesía, pero el capitalismo ha calado tan hondo en nosotros que recita sus palabras en nuestra mente aunque nuestra boca diga otras. Hasta las expresiones más puras obedecen a su lógica y contagian los sentimientos profundos con la superficialidad de un contrato que aunque tácito, condiciona a las dos partes y permea sus conductas.
¿Hasta dónde? Hasta aquí hemos llegado.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Algunas veces las cosas se contagian de los dueños.

Encontró las grutas en un momento de contradicciones, el kilometraje recorrido en el verano era mucho menor del planeado y si bien algunas anécdotas se contaron desde las Sierras de Córdoba y su Capital, el itinerario del Norte, Posadas o Formosa y Paraguay se habían visto truncados. Todo él quería irse de viaje, su ropa, la bolsa de dormir esa violeta flúor y hasta el celular, fruto de compañía constante inventado por la tecnología que achica el rol del destino para que los próximos encuentros sean programados y el viajante se lleve números y datos además de amigos.
Mientras dormía por la noche el diálogo comenzó.
-Yo levantaría sospechas, dijo la bolsa de dormir, siempre que viaja me lleva bajo el brazo, además no tengo manos como para hacer dedo
-A mí me ocurre lo mismo, contestó la ropa. Las únicas prendas que se animaron a andar sin estar puesta en humanos dieron origen a la leyenda del hombre invisible, flor de escándalo se armó.
–Jaja si, son más boludos estos humanos, che ¿el celular qué onda? Pregunto la bolsa de dormir
– ¡Sí celular, anda vos! Alguna noche que se embriague escapáte así no sabe qué pasó total lo hace seguido, metete al bolso de alguien y así viajas un poco, respondió emocionada la ropa.
–Cuando se embriaga la paso genial (Mira el título del cuento bola) no me voy ni ahí cuando esté en pedo, ¡Con lo que me hace divertir! (Risas).
–Bueno, cuando está sobrio oportunidades vas a tener ¡viste que éste es un colgado, se olvida todo! Cuando te deje por ahí saltas al bolso de alguien que parezca turista y viajas un poco por nosotros, Las grutas en esta época del año está lleno.
–Pero no se che… tengo ganas pero después quiero volver, me gusta mi dueño.
–A ver, intervino la bolsa de dormir, tengo una idea. Armemos un plan para que el celular pueda viajar un poco y que lo devuelvan así nos encontramos la semana que viene en San Bernardo. – ¡Sí! contestaron todos emocionados y se pusieron manos a la obra.
El resto de la noche se oyeron cuchicheos constantes que no despertaron a nadie, las ideas iban y venían hasta que se llegó a un acuerdo. Cuando el celular tuviese la oportunidad saltaría a algún bolso de alguien con pinta de turista, viajaría un poco con esa persona y luego buscaría hacerse olvidar en algún lugar con seguridad para que lo devuelvan, total de seguro tendría mensajes reclamando su devolución y hasta ofreciendo recompensa, pensaba orgulloso el artefacto.
El plan concluye de la siguiente manera, dijo la bolsa de dormir asumiéndose como líder (era la que más km y aventuras había pasado). – La semana que viene, cuando el jefe vuelva de las Grutas te vamos a buscar y vamos a San Bernardo o te manda en una encomienda y nos encontramos allá.
- Genial, respondió el celular, ni bien se presente la oportunidad me escapo a viajar un poco, ojala salga todo bien. A dormir compañeros, nos veremos mañana o quizás no.
Al otro día el jefe fue a San Antonio al supermercado a comprar algunas cosas y una conservadora que se quedó mirando al cruzar el pasillo. Dejo el celular en la estantería de al lado(la malla no tenía bolsillos) saco la conservadora, la abrió para ver su tamaño, la dejo en el mostrador y se fue caminando. Doblo en la intersección, se rasco la cabeza y al final del nuevo pasillo se acordó ¡El celular! volvió corriendo…estaban las llaves que había dejado al lado del celular en la estantería pero del aparato ni idea. La desesperación le entró con la vista y al segundo era parte de todos sus sentidos y había recorrido cada parte del cuerpo. ¡Qué pelotudo, no me digas que perdí el celular! Grito en sus adentros y con las manos, la mirada y los pies. Corrió hacia seguridad y preguntó si alguien lo había dejado, nada. Probó llamar con otro teléfono, suena una vez, suena dos, contestador. ¡Me cortaron! ¡La reputa madre! ¡Qué pelotudo que soy! ¡Me chorearon el celular la…! Usted se imaginará lector lo que habrá gritado el dueño para sus adentros, con sus brazos, cara y cada centímetro de su cuerpo.
Un par de días más tarde a la mañana me llamaron, mi jefa (la madre del dueño del celular extraviado atendió). Una mujer llamaba de Paraná, era de Corral de Bustos, venía volviendo de Brasil y había encontrado aquél celular en una estación de servicio. Estaba yendo a Rosario a visitar familiares y luego concluirían sus vacaciones. Quedaron en seguir en contacto para ir a buscar el aparato en una semana, ojalá el celular vuelva. La bolsa de dormir en papel de líder, dice que su plan no tiene fallas. Si es así, la semana que viene escucharemos algunas anécdotas mientras nuestros dueños duermen.

sábado, 20 de agosto de 2011

El razonamiento cortado verde

Las internas desarrolladas el pasado 14 de agosto dejaron muchas cosas sobre las cuales reflexionar, algunas de ellas derivaron en razonamientos complejos y profundos que recorren con un minucioso análisis desde el comienzo del suceso hasta sus hipotéticas y posibles formas de desentrañamiento en la realidad cuando se brinden en octubre las elecciones definitivas. Claro está que la facticidad es la que tiene la última carta aunque pese a la posibilidad de que los resultados se reviertan como señaló Mariano Grondona quién llamativamente sigue siendo escuchado, la mayoría de las cartas de la realidad están jugadas y los ases los tiene casi todos el oficialismo.
Así se fueron desenvolviendo lecturas minuciosas de lo acontecido en las urnas, el milagro de la izquierda, el desastre de Carrió, el proyecto de Movimiento Sur que nunca dejo de ser proyecto, la sorpresa de Binner, un segundo puesto compartido que tiene olor a nada para los dos que lo comparten. Los discursos, algunos patéticos, otros brillantes. Algunos en busca de concenso y armonía, otros que hicieron recordar épocas oscuras mientras duele el hecho de que sigan existiendo.
Principalmente, las elecciones dejaron festejos. Rodriguez Saá por haber ganado en San Luis, Alfonsín no se sabe porqué, Binner (quizás el único de estos con motivo) por haber dado una sorpresa que ilusiona y un precandidato a vicepresidente que siendo ministro de economía de la nación se desajustó la corbata y saltó junto a los pibes, dicen que esos son los que más les dieron votos… y mirando para los otros costados uno piensa que debe ser verdad.
Pero estas elecciones no sólo dejaron reflexiones de las que van a fondo y revuelven todas las opciones e imaginan los panoramas posibles. Las primarias del pasado domingo 14 de agosto tuvieron la particularidad de generar una especie de polarización, no al estilo de Perú donde se era de Fujimori o Humala al estilo de o con él o conmigo, blanco o negro. El contundente triunfo de Cristina en las elecciones produjo un rechazo desde el amplio porcentaje de población que no la votó, no se sabe bien que se rechaza ni que se acepta de este gobierno, solo que no sirve, y esta falta de profundidad en el rechazo genera un problema en vistas de ver que se acepta y el lugar donde juntar fuerzas para contrarestar un oficialismo que es resistido, por la mayoría de la prensa y por gran parte de la población parece la utopía de Galeano que a cada paso se aleja, solo que los que transitan este camino no saben ni con quién ni para donde caminar, parece irrisorio (y lejano) que un alfonsinista (radical) acuerde con un duhaldista (peronista de derecha) o con Binner (socialista)
Esta decepción al ver que la mitad del país votó un gobierno al que no aceptan se cristalizó en lo que llamaría “la reflexión cortada verde”, personas que esbozan (en muchos casos repiten) análisis que se quedan en el primer paso de la deliberación y producen quejas por los piquetes sin la observación que los participes lo hacen por el hambre que viven en sus provincias y por tierras que les han sido robadas por empresas multinacionales y magnates sojeros. Este argumento tiene la particularidad de que si el sujeto que la expresa experimenta una situación similar al piquetero, siendo pasivo de un acto delictivo cualquiera a mano de un “morocho que corta rutas y recibe subsidio del estado” la policía (la misma que debe reprimir a “los otros” que han sido privados de posesiones más elementales como son tierra y alimento) los debe escuchar. Esa es la función que el razonamiento cortado verde les exige a las fuerzas de seguridad para Dejarlos a salvo (a los sujetos que practican este tipo de razonamiento) de las consecuencias de un mundo donde más de un 20% de su población se encuentra debajo de la línea de la pobreza (cifras de la ONU que se quedan cortas si se mira atento la realidad) y donde quienes reclaman desde los sectores más desprotegidos son “acallados” por fuerzas “públicas” sujetas al mando de políticos que atienden intereses privados de quellos gigantes grupos de podr que manejan los hilos de un capitalismo que hace rato perdió la vía.
El razonamiento cortado verdes es aquel que no madura, que se queda en la primera instancia del raciocinio. Que se queja de que existan vagos a los que se regale casa, comida, plan de ayuda, etc. Pero no observa que a muchos de los que razonan de esta manera (cortada verde) la vida le regaló esas cosas por haber tenido la suerte de haber nacido en una familia acomodada (pido perdón por esa suerte que me tocó y me hago cargo de mi vagueza al haber sido ayudado por mis padres). El argumento cortado verde niega la ayuda del estado cuando los padres no pueden ayudar pero permite que la persona que lo padece disfrute sin obligaciones la ayuda recibida por su familia, pese a que la educación (tanto pública como privada) es pagada por todo el pueblo, incluso por aquellos que no pueden ni podrán acceder. El argumento cortado verde niega la moneda al que pide en la calle “porque a mí no me regalaron nada”, sin ir más allá y percatarse de que a ese que pide le robaron monedas con el impuesto del IVA cuando fue a comprar leche, carne vino o fernet para pagar sueldos de docentes que nunca le enseñaran, rutas que no tomará para vacacionar, etc.
El razonamiento cortado verde es como una fruta que no madura y por ello no cae del árbol del pensamiento a la tierra dura de la realidad. El argumento cortado verde le hace a la persona quejarse de las cantidades de subsidios y planes para los que viven una difícil situación económica pero no deja ver más allá de eso y mientras en Europa comprarse una casa es muy difícil y al segundo inmueble el estado cae con los tapones de punta aumentando impuestos debido a la posibilidad de pago del que tiene dos hogares, en Rio Cuarto y la zona miles de familias y personas tienen su casita de veraneo y fin de semana pagando un impuesto como el de cualquier otro ciudadano de la localidad (y siendo nuevamente culpable de la buena suerte pido disculpas, otra vez. Tendrían que ser más).
El razonamiento cortado verde padece un alto nivel de astigmatismo, por eso le cuesta mirar a lo lejos y produce quejas por la asignación universal por hijo sin ver más lejos en el tiempo y entender que ese chico y su padre son fruto de generaciones de marginalidad social, el argumento cortado verde no tiene en cuenta que el magro monto de 220 pesos se da en la mayoría de las ocasiones a personas cuyos padres, abuelos, bisabuelos, etc. se les ha negado hasta la comida y que el nacimiento del pibe que recibe la ayuda es fruto de generaciones de pobreza y exclusión, quizás de varios que no fueron ayudados.
El argumento cortado verde encierra lo facho de frases como “los pobres son pobres porque quieren” cuando hay pibes que no pueden ni pensar y menos ir a la escuela porque sus primeros años no tuvieron para comer. (Seguro que cuando nacieron no querían ser pobres. ¿Quién querría nacer en una familia que no tenga techo ni para dar de comer y restrinja el futuro de la vida a trabajo físico u ladrón?)
El razonamiento cortado verde no crece ni madura, nunca produce frutos y termina por estancarse en una solución tomada a mitad de camino y con la mitad de la respuesta. Se dice no a un partido pero no se dice si a nadie y si se esboza un sí es por no dar el sí al otro.
Este razonamiento se encuentra perdido desde el resultado de las primarias del 14 de agosto, pero es bueno que se haya perdido, ahora podrá madurar y caer al plano de la realidad, decida lo que decida la cuestión es que las conclusiones no sean tomadas antes de todos los hechos o viendo solo uno de la cadena. El razonamiento cortado verde hoy se encuentra perdido entre un radicalismo que quiere hacer resucitar la figura de un líder perdido, un peronismo de derecha cuyo discurso hace acordar a una de las épocas más oscuras del país y un frente amplio que aparece como la opción más seria y de más despegue que el domingo sacó un cuarto puesto que pareció y hasta olió como segundo.
Este razonamiento cortado verde no solo debe terminar su camino sino volverlo a comenzar, enumerar las razones de ese NO rotundo a Cristina, seguro hay muchas pero capaz muchas fueron repetidas de memoria y eso no sirve, la repetición de lo que dicen otros nunca sirve. La memoria, contrario a lo que dice Neudstadt, sirve y mucho y hasta quizás nos puede salvar si la usamos bien y miramos hacia atrás, bien atrás. Desde la democracia, desde el 83`, observemos las caras y escuchemos las voces de los políticos y de los periodistas que no han cambiado mucho, las propuestas y su práctica tampoco. Ojalá desde allá atrás, desde esos días en que empezamos a caminar una democracia que hoy parece ya trota hagamos nacer nuestro razonamiento y miremos a futuro y a los costados también. Quizás así nuestras palabras no sean la repetición de lo que dice otro, quizás así nuestras acciones y palabras no sean fruto de un razonamiento cortado verde.

viernes, 10 de junio de 2011

Relato de la vida real

Esto lo vivieron un padre y un hijo cualquiera, en una fecha que bien podría ser ayer, hoy, mañana y ojalá no pasado. En una ciudad cualquiera de no importa qué país. Lo curioso es que después comenzó a pasar en muchos lados, por eso no me animo a poner y pasado mañana.
- ¿Papá esa señora está pidiendo una limosna podes darle?
- No tengo dinero Juan.
- ¿No íbamos a hacer las compras?
- Ya di, no puedo darle a todo el mundo (dijo con cara de enojo por el pedido del hijo).
- ¿Porque no?
- Porque la plata se gana trabajando… a mí nadie me regalo nada (concluyó levantando la voz).
- En realidad si Papá, cuando naciste te regalaron ropa y comida para que no pases frio, tu mente se desarrolle y puedas estudiar, después te regalaron eso que me decís es re importante la educación, pero que sin vivir en buenas condiciones los primeros años magia no hace.
- (Padre mira sorprendido)
- Viste… después te regalaron muchas más cosas. La escuela, los útiles, el dinero para la merienda y no solo eso. Te regalaron las monedas con las que comprabas las bolitas y las figus para jugar en los recreos, las mismas monedas que ahora pide la señora anda a saber si para llevar un trompo o yoyo a la casa.
- (Padre sigue mirando sorprendido con cara de aunque esto suene cierto yo no creo)
- Va, quizás no tiene casa, a vos te regalaron una casa también.
- ¿qué?
- Sí, hay gente que cuando nace no tiene donde dormir, a vos te regalaron una casa. ¡Hasta tenías un dormitorio para vos solo!
- Pero después trabajé duro y honestamente para ganarme todo lo que tengo ahora. (Sentenció el padre con orgullo creyéndose dueño inapelable de su suerte)
- Si, cuando ya estabas en condiciones de ganarte la vida sólo lo hiciste. ¿Pero si antes no te hubiesen regalado todo eso? sin la comida de los primeros años, sin el techo o la ropa. Imagínate incluso que feo hubiese sido que no te regalaran la plata para comprar juguetes o salir con los amigos.
- Pero eran mis padres (dijo con tono de excusa)
- Te apuesto a que la señora de allá también tiene padres, en una de esas no le regalaron todas las cosas que te regalaron a vos y por eso ahora está pidiendo, suplicando, “que le regalen una moneda”.
- Bueno, no es mi culpa (dijo el padre disfrazando de excusa una actitud egoísta y miserable)
- Cuando vas a entender, dijo el hijo resignado, que la vida es un regalo. A veces viene con comida, techo, ropa, educación y dinero para divertirte. A veces viene con universidad y estudios pagos y en algunos casos viene pelada, a algunas personas se les regala la vida sola aunque mantenerla cueste mucho y uno no nazca para valerse por sí mismo. Esas personas no se pueden ganar la vida solos cuando son grandes papá, a ellos no les regalaron todo lo que te regalaron a vos.
- (El padre miraba hacia abajo pensativamente y sintió algo raro, una mezcla de compasión por la mujer pidiendo y bronca hacia el hijo por hacerlo ver un mundo en el que es más cómodo hacerse el ciego)
- Mejor le voy a preguntar a la señora si desde chica le regalaron todo lo que te regalaron a vos para que hoy no tenga que estar pidiendo. ¿Si me dice que no le damos una moneda eh?
- Sonó un sí apagado de persona en estado de shock. Algunas verdades noquean.
- De paso le pido disculpas, alguien debería controlar un poco esto de las cosas que vienen con el regalo de la vida, algunos nacen con millones en el banco y otros únicamente con los brazos de las madres que los sostienen mientras piden una moneda.

jueves, 7 de abril de 2011

Vidas paralelas



Dos Jhonatan nacieron un día que no importa. Ayer, hoy, mañana y pasado seguirán naciendo otros con los mismos y otros nombres, cotidianizando el milagro de la vida que algunas veces se desprecia.
El primer Jhonatan recibió regalos y cumpleaños de primer mes, año, dos años y así. El segundo escuchaba el feliz cumple y de regalo el beso en la frente aunque para festejar no había nada, para comer… tampoco.
Cuando el primer Jhonatan llegó al jardín dijo me llamo Jhonatan acentuando la primer silaba para que su voz suene a Yonatán y jugó y río con sus compañeritos. Cuando el segundo se presento en la salita del barrio se escucho en el aula un “soy Iony” y pregunto si era verdad que después de clases daban de comer, dejando hablar a las ilusiones sembradas por mama. Tras escuchar la afirmación de la seño y aliviar su preocupación y el hambre sabiendo que después había comida (pocas veces podía asegurar que después había comida) jugo y rió con los compañeritos, después de todo los dos Jhonatan no eran tan diferentes, los chicos son chicos y que importa como se llamen.
El primer Jhonatan jugo, rió, pensó y en algunos parpadeares estaba en la universidad. Comenzar el secundario, las vueltas del perro en la plaza, las salas de video juegos, Mica y el primer beso, las fiestas de 15, Lorena y su primer novia, esa noche –la primera vez- el egreso, el viaje de egresados -¡que viaje!- las vacaciones con sus amigos.
El segundo Jhonatan río, jugo pensó y en algunos parpadeares se disolvió en Ioni. La falta de comidas a la noche –té de cena- la pelota de medias viejas y el ring raje que es diversión gratis. La calle que se hacia su casa, Lore y el primer beso, la segunda novia que llego casi antes que la primera, los deberes que no salían y lo hacían sentir inútil. Los pibes de la esquina que lo comprendían más que ese cuaderno de tapa roja.
La falta de hacer deberes, la abundancia de la esquina, la difícil matemática, el saber que no podía, la pregunta que nunca se hizo ¿Y si de chico hubiese tenido para comer, de más grande el cole hubiese sido fácil?
Al primer Jhonatan le tiraban huevos y harina y en las paredes de la universidad había carteles con su rostro para felicitarlo por su egreso. Iony tiraba y a veces le tiraban, en la ciudad había carteles con su rostro bajo el titulo de se busca. Uno no supo que existía el otro, el otro no supo de la existencia de uno y ninguno supo que por los caprichos del azar o de un arquitecto defectuoso que no corregimos, sus vidas se podrían haber intercambiado desde el origen, sin que siquiera su primer nombre lo supiera, sin tener que cambiar ni una coma a este relato.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Por si algún lector se entera

de tiempo argentino de hoy

Una sentida autocrítica
Te tenemos que pedir perdón, flaco
Publicado el 3 de Noviembre de 2010
Por Pablo Llonto
Periodista y abogado.

Queríamos decirte simplemente que los anarquistas somos, a veces, muy de vez en cuando, un laberinto de contradicciones. Y que pensábamos votarte. Era nuestra mínima y secreta manera de pedirte perdón.
Lo que te puteamos, flaco. Las cosas que dijimos de vos cuando en la imbécil tentación del engreído revolucionario decíamos que vos eras el monigote de Duhalde. Las marchas que te hicimos. Queríamos decirles a los argentinos que estabas dilapidando nuestra plata dándosela en bandeja al FMI.
Cuántas palabras envueltas en desprecio y sorna. Instruidos en las sabias esgrimas marxistas, enumerábamos los siniestros enemigos de los que te rodeabas. Casi, casi, te ordenábamos que fueses puro. Como nosotros.
En los rudos textos, en las vehementes intervenciones radiales, despedazamos tus confusas relaciones con el poder. Claro que sí, qué otra cosa era un hombre saludando a Bush con una sonrisa. No prestabas atención a nuestra pedagógica manera de llevar adelante el protocolo.
El propósito era que nos escuchases. Que leyeras nuestros volantes, nuestros afiches, nuestras banderas. Tenías que hacerte, de un día para otro, justiciero expropiador de todos los sinvergüenzas. Tenías que rendirte ante nuestras luchas.
Queríamos ser testigos de un milagro que honrara a nuestros santos leninistas: la conversión acelerada de un político burgués a tigre trotskista, como aquel que posa en nuestros posters. Queríamos verte echando a todo tu staff, tus ministros, tus amigos, tu familia, desprendiéndote de cuentas bancarias, bienes, alquileres. Si era posible, Flaco, tenías que tirar los mocasines y la birome Bic. Y desafiliarte del PJ.
Un día, nos enteramos que hablabas en la ESMA. Que entrabas allí con las viejas y con los hijos. Pedazo de oportunista, dijimos. Luego, procuramos escuchar bien aquello que decías. “Como presidente de Argentina, vengo a pedir perdón en nombre del Estado nacional por la vergüenza de haber callado durante 20 años de democracia tantas atrocidades.”
Carajo. Exasperabas nuestra incredulidad eterna. De pronto, un presidente argentino, de la Casa Rosada, les pedía perdón a las Madres; a las mismas Madres que un tiempo atrás (diciembre 2001) habían sido gaseadas, mojadas, atropelladas por caballos por los infames de la Casa Rosada.
Ebrios de indiferencia, pensamos que debíamos aplaudir ese gesto, no más de 24 horas. No podíamos ser aventurados en el elogio. No tolerábamos que no cumplieras, una a una, todas nuestras utopías.
Ni cuando aprobaste la jubilación para los que no tenían aportes. Incluida nuestra vieja, y nuestra suegra.
Ni cuando le brindaste a Chávez, y a otros, el escenario adecuado para mandar a la misma mierda el asesino ALCA. Ni cuando le sacaste el fútbol de las manos al pulpo eterno. Ni cuando quisiste poner un poco de justicia con la 125 cumpliendo tu máxima peronista de llegar al fifty-fifty. Ni cuando desafiaste a Clarín y sus tentáculos. Ni cuando ideaste el final del monopolio de Papel Prensa.
Ni cuando impulsaste el matrimonio igualitario. Ni cuando te enojaste con las claudicaciones de la ex intachable Corte. Ni cuando apagaste las privatizaciones de Aerolíneas, el saqueo de las AFJP, el choreo macrista del Correo.
Ni cuando te extenuaron los impostores, los Alberto Fernández, los Lavagna, los Solá, los Cobos, los Pedraza.
Ni cuando apoyabas una ley que resolviera un cacho de participación en las ganancias. Ni siquiera cuando tu última opinión sobre los burócratas sindicales contenía una frase premeditada: “Hay que dar con el último de los autores intelectuales del crimen de Ferreyra.” Ahora que estás en Santa Cruz, rodeado de los combativos mineros de Río Turbio que adorábamos en los ’90, ahora es como un poco tarde, flaco.
Queríamos decirte simplemente que los anarquistas somos, a veces, muy de vez en cuando, un laberinto de contradicciones. Y que pensábamos votarte. Era nuestra mínima y secreta manera de pedirte perdón.