lunes, 8 de marzo de 2010

¿Qué pasó después?

Dicen que Dios hizo al mundo en 7 días, pero nadie cuenta lo que pasó después. Resulta que aquél en las alturas con eso del libre albedrío tenía poco que hacer, y se decidió a crear el cielo, todos sabemos de aquí la historia de su ángel preferido que se convirtió en Satanás. Pero nadie se imagina lo que ocurrió luego.
Con eso del libre albedrío en la Tierra ya nadie le daba importancia a Dios, había nuevas divinidades: dinero, mercado, juventud eran algunas de ellas. Hasta Zeus, Hades y Poseidón habían desaparecido del habla de las personas.
Dios andaba aburrido sin saber qué hacer, el cielo estaba poblado de todas buenas personas, su arbitrio era innecesario, el paraíso sin él seguiría siendo igual. Su par del otro lado, Lucifer, no se encontraba en condiciones muy distintas, con la calidad de las gentes que habitaban el infierno ya no hacían falta sus maldades para convertir ese lugar en un suplicio. Para colmos, el libre albedrío también lo afectaba y aunque estaba ganando la batalla en la Tierra no podría atribuirse semejante logro, solo se reía de que Dios haya puesto tanto presupuesto en el paisaje y tan poco en los humanos que lo llenan. De tanto pensar esto no se le ocurrieron motivos para no poder disfrutar el paisaje creado por su ex mejor amigo, después de todo, su reinado en el infierno ya no hacía falta. A su par en las alturas le pasó lo mismo, quería disfrutar lo que sus manos habían creado y dejar de sentirse inútil en un cielo que se gobernaba solo.
Ambos vinieron a nuestra Tierra, uno subiendo, el otro bajando, y aunque les parezca mentira, terminaron juntándose para recorrer el mundo. ¡Hasta las divinidades le temen a la soledad!
Y esto es lo que pasó después, la anarquía hizo del cielo un paraíso y del infierno un tormento, y en la Tierra el libre albedrío refleja lo más cerca que estamos de la profundidad. Mientras tanto Dios y el Diablo se olvidaron de gobernar y caminan juntos por las playas de Dubái como los amigos que eran antes.

2 comentarios:

  1. Querido Juanjo: Sin duda sabes que el más hermoso "paisaje" de todos los creados a expensas del presupuesto divino, está dentro de ti mismo, y de mí, y de todos los seres humanos. Lo que ocurre es que, ni las Cataratas del Iguazú, ni la Pampa, ni el Río de la Plata, el "mar dulce" de mis antepasados, fueron dotados de libre albedrío. A éste se deben, sin duda, todas las canalladas humanas, las injusticias, el despotismo, la usura y cuantas miserias puedan predicarse del egoísmo y la crueldad, pero también se deden cuantas delicias han salido de la mano del hombre. Sólo es cuestión de elegir. Yo sé muy bien, no sé por qué, que tu eligirás lo mejor. Un abrazo, Juanjo. Tu amigo y colega, Luis Madrigal.-

    ResponderEliminar
  2. Amigo Luis, después de tantos días, semanas y meses, reencontrarme con este comentario es un vaso de agua fresca a la sed que todos tenemos de saber sobre un lejano amigo. Espero que esté muy bien, estoy pronto a publicar unos escritos y me encantaría contar con su opinión. Le mando un fuerte abrazo.
    Gracias por sus palabras y por el recuerdo

    ResponderEliminar